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Reid Miles, la elegancia visual de las portadas de Blue Note

Cualquiera que le guste el diseño de portadas de discos sabe que Reid Miles esta considerado un pionero, un referente para este mundillo, algo así como el Saul Bass de los vinilos.

Lo más curioso es que a este norteamericano, nacido en Chicago el 4 de Julio de 1927 y, que diseñó a lo largo de su carrera cerca de 500 portadas, ni siquiera le gustaba el Jazz. Incluso cuando recibía copias de los discos que realizaba acababa cambiándolas por discos clásicos con sus amigos. ¿Cómo pudo entonces plasmar también gráficamente un estilo que desconocía?

Su trabajo como diseñador de portadas de discos empezó el día que entró a trabajar como asistente del diseñador John Hermansader que tenía una cartera de clientes entre los que se encontraba el sello Blue Note Records. Aunque con los años cambió varias veces de agencia, continuó manteniendo la cuenta de la discográfica gracias a sus innovadores diseños. Los fundadores de Blue Note, Alfred Lion y Francis Wolff compartieron una visión con Reid Miles: el packaging iba a ser crucial si el sello quería tener éxito, y cuidar los detalles también iba a ser un factor vital para establecer el sello. Conscientes de ello, le dieron a Miles libertad absoluta para trabajar, ni siquiera había directrices sobre dónde colocar el logo de la discográfica.

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Un estilo minimalista

Aunque acabaría ejerciendo como fotógrafo, para Blue Note utilizaba siempre que era necesario los servicios de Francis Wolff.  Miles cogía estas fotografías y las encajaba de diferentes maneras en su diseño,  ya fuera creando bitonos, cortándolas o ajustándolas para encajarlas con otros elementos de las cubiertas. Su estilo se basa sobretodo en una economía de medios (debido también en parte a la cantidad de trabajo). Usaba muy pocos tonos, casi siempre el negro combinado con algún otro color. Elementos básicos como rectángulos le servían para representar el ritmo. Todo esto se puede apreciar muy bien en unos de sus diseños más famosos, el de la portada de «Hub-Tones» de Freddie Hubbard de 1962. Es sin duda uno de sus diseños más imitados (véase sin ir más lejos una de las últimas portadas de Dylan). De las líneas que protagonizan el diseño, una queda fuera de alineación, un juego visual que representa la improvisación propia del estilo musical tal vez, o una nota presionada del propio instrumento de Hubbard, la trompeta. La imagen del artista aparece en duotono, este recurso habitual de Miles se debía muchas veces a lo ajustado del presupuesto.

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El uso dinámico de la tipografía formaba también parte importante de su estilo. Normalmente acudía a la tipografía cuando no le convencía ninguna de las fotografías que Wolff le mostraba. Si nos fijamos en portadas como las de  «Its time» de Jackie McLean o «In ‘n Out» de Joe Henderson, observamos que la tipografía es la protagonista absoluta del diseño. Visto con los ojos actuales quizás no nos llame mucho la atención, pero si pensamos que estos discos se produjeron en 1964, podemos darnos cuenta de lo moderno que resulta para su época, sobre todo si lo comparamos con los discos que aparecerían al final de la década, anclados en el estilo psicodélico. Solamente fijándonos en el uso tipográfico podemos distinguir que portadas fueron realizadas por Miles y cuáles no. Probablemente fue a través de diversas publicaciones europeas que llegaron a Estados Unidos, dónde Miles pudo ver lo que bajo las coordenadas del Estilo Tipográfico Internacional ya se estaba produciendo en Europa por aquellos años.

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Reid Miles incluso pensaba en la manera en la que se colocaría el producto en el punto de venta. Sus fondos solían ser blancos para que cuando el comprador viera solamente el borde en la caja expositiva tuviera la curiosidad de sacar el producto.

Un legado que perdura en el tiempo

Las portadas de Miles sin duda ayudaron a Blue Note a establecerse como uno de los sellos imprescindibles del género jazzístico. Como Freddie Hubbard solía decir, el jazz es un estilo que necesita de un gran apoyo visual para llegar al ciudadano medio, y Blue Note se preocupó de que así fuera. Gracias a su uso fotográfico contundente, sus colores brillantes, sus bitonos y su experimentación tipográfica, Reid Miles creó un estilo que continua inspirando e influenciando generaciones de diseñadores. Sus portadas siguen siendo tan frescas y poderosas hoy como hace cuarenta años.

Aunque Miles nunca se le hubiera ocurrido como podrían animarse sus portadas podemos ver lo bien que encajan con el ritmo de la música observando este video.

 

 

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