Bowie by Duffy

Bowie by Duffy la exposición que no te deberías perder

Hasta el próximo 25 de junio se podrán ver en Madrid las fotografías que Brian Duffy realizó sobre Bowie en cinco sesiones memorables. 

La exposición está estructurada entorno a cinco sesiones fotográficas entre las que se incluyen tres portadas de discos y que marca la relación entre el cantante y el fotógrafo. Bowie y Duffy se conocieron en julio de 1972 en el estudio del fotógrafo en Swiss Cottage, al noroeste de Londres, unos días antes de la famosa interpretación en el programa Top of the Pops de la BBC. Bowie se presentó en el estudio de Duffy con las botas rojas brillantes y el mono acolchado diseñado por Freddie Burretti, su célebre indumentaria de Ziggy Sartdust. 

Bowie by Duffy
Detalle de la exposición Bowie by Duffy

Una imagen para la historia

Pero sin duda la fotografía más célebre y la que cubre casi todos los detalles de la exposición es la de la portada de Aladdin Sane de 1973. Duffy decidió que la fotografía se imprimiera en siete colores, cuando lo habitual era imprimir en cuatricromía. Encontraron una empresa capaz de hacerlo en Suiza con el consiguiente aumento de los gastos de producción. La sesión se realizó en el propio estudio de Duffy. El famoso rayo fue dibujado por el maestro Pierre Laroche, aunque Duffy sugirió aumentar el tamaño para que ocupara la mitad del rostro, convirtiendo un detalle discreto en todo un icono cultural. 

Trabajando en el calendario Pirelli de 1973, Duffy había conocido al prestigioso ilustrador Philip Castle, quién con el aerógrafo infundió a la imagen de portada un brillo posthumano y, a sugerencia del fotógrafo, también un charco de líquido de fusión que goteaba desde la clavícula de Bowie. 

Bowie solamente llevó puesto sobre su rostro el famoso rayo en esa sesión fotográfica y, sin embargo, se convirtió en una especie de logotipo que lo acompañó durante toda su carrera. 

Aladdin Sane
Toma alternativa de la portada de Aladdin Sane, 1973.

 

Fotografiando al alienígena  

En 1975, el Sunday Times encargó a Duffy fotografiar al cantante en Nuevo México, dónde estaba rodando la película de ciencia ficción El hombre que cayó a la tierra, a las ordenes del director Nicolas Roeg. En esta cinta, Bowie interpreta a un solitario extraterreste que llega a la Tierra en busca de agua para su planeta asolado por la sequía. Duffy persuadió a Bowie para hacer la sesión de fotos en el Parque Nacional de White Sands, una infinita y prodigiosa sucesión de dunas de arena blanca, resto de un antiguo lago desecado. Bowie llegó tarde al set de rodaje vistiendo un sombrero negro de ala ancha, camisa blanca sin corbata y un traje holgado de aire sacerdotal. 

Por esta época Bowie se encontraba exageradamente delgado fruto del consumo de cocaína, tal y como se puede ver en el documental Craked Actor. Las fotografías muestran a Bowie bajo un haz de luz mortecina, jugando con el movimiento de sus brazos. 

 

Accidente y confusión

La segunda portada en la que colaboraron Duffy y Bowie fue la de Lodger, el último disco de la llamada trilogía berlinesa. La imagen de la portada, fotografiada en el estudio de Duffy en febrero de 1979 hace referencia al título provisional del álbum Planned Accidents (accidentes programados). Bowie quería la imagen de un hombre cayendo, como si fuera pasando de una aventura inesperada a otra. Para lograrla construyeron una estructura de acero a un metro del suelo que separaba a Bowie del fondo y estaba diseñada para permanecer oculta por su cuerpo. Duffy tomó la foto desde lo alto de las vigas del estudio. 

Lodger
Imagen de portada de Lodger, 1979

Utilizaron hilo de pescar para distorsionar la cara de Bowie, atándolo alrededor para aplastarle la nariz y que pareciese que se la había roto, y mantuvieron el vendaje que llevaba en una mano, a causa de una pequeña quemadura reciente, para reforzar la sensación general de desbarajuste. Bowie quiso que se utilizase una polaroid de prueba borrosa y de baja resolución para la carátula, incorporada al álbum a modo de postal. 

 

El payaso más bello de circo 

Para introducirse en la década de los ochenta, Bowie publicó Scary Monsters (and Super Creeps) en 1980. Duffy fotografió por quinta vez a Bowie ataviado como un payaso. El propio artista pidió a la diseñadora Natasha Kornilof que hiciera de él «el payaso más bello del circo», con el que aparecería también en el videoclip de Ashes to Ashes. Duffy ya no ejercía un control férreo como antes, ni sobre la sesión del disco ni sobre la dirección cultural de aquel viaje de Bowie en general. Estaba convencido de que el artista Edward Bell, uno de los miembros de su equipo para la sesión, basaría su cuadro para la portada en una de sus imágenes, pero Bell usó una de sus propias fotos. El hecho de que en la carátula solo se atisbe la seductora sombra de una de sus imágenes era un signo inequívoco de que Duffy se estaba despidiendo de la fotografía. 

Fue la última colaboración entre Bowie y Duffy, quien además acabó abandonando la fotografía. En 1979 intentó quemar su archivo y desde ese momento no hizo más fotos, exceptuando esta última sesión con su amigo. No pudo resistirse a la llamada de Bowie para este especie de bis profesional. Los negativos que sobrevivieron a las llamas, unos ciento sesenta, recopilados por su hijo Chris, también fotógrafo, formarían la base de un importante archivo que es una especie de hilo conductor de tres décadas de cultura y moda en Reino Unido. 

Scary Monsters
Fotografías para la sesión de Scary Monsters, 1980
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