El fotógrafo inglés inmortalizó con sus cámara a estrellas como John Lennon, Mick Jagger o Andy Warhol y ayudó a definir el Londres de los años sesenta.
Hay fotografías que definen una década, las de Bailey ayudaron a consolidar la imagen del Londres de los 60. Quizás solo sea la radiografía de una parte selecta de la sociedad británica pero aún así ayudó a definir la imagen de lo que acaba llamándose el Swinging London.
Nacido en 1939 comenzó su carrera profesional en los años 60, trabajando como fotógrafo de moda para la edición británica de Vogue. Pero su fama le viene de su etapa como cronista excepcional del Swinging London. Dicen que Michelangelo Antonioni se fijó en él para crear el personaje de su película Blow Up.
Fue durante esta década cuando conoció a su primera musa, la supermodelo Jean Shrimpton, con la que tuvo un breve affaire. Poco después se casaría con la actriz Catherine Deneuve.
Como muchos otros fotógrafos de su generación, prefirió la calidez del blanco y negro frente a la luminosidad del color.
El año pasado, la editorial Taschen publicó un libro de gran formato que reunía 300 de sus mejores retratos. Una colección de fotografías que se remonta hasta 1950, y entre la que encontramos leyendas del rock como Mick Jagger, John Lennon o David Bowie.
En septiembre se edita una edición de lujo de Goat Head Soup, el disco publicado en 1976 por los Rolling Stones, y cuya portada es obra de Bailey. En un principio, Jagger se mostró reacio a aparecer envuelto en un velo de gasa rosa, que según Bailey estaba destinado a parecerse a «Katharine Hepburn en La Reina de África». El interior del disco mostraba a todos los miembros de la banda envueltos en una tela similar.