Con motivo de la inauguración en Barcelona de la exposición «David Bowie is», hacemos un repaso a los cambios de imagen a lo largo de su carrera.
David Bowie ha cambiado varias veces de imagen y estética. Los cambios de look, acordes con los personajes que iba creando, fueron uno de los signos característicos asociados con su figura. Hoy en día nadie duda de que ha sido uno de los iconos indiscutibles en la música, el arte y la moda de los siglos XX y XXI.
David Bowie comenzó su carrera con un estilo mod que irá poco a poco evolucionando hacia algo más hippie en la época en la que publica Space Oddity (1969). Pero cuando verdaderamente empezó a llamar la atención fue con el vestido con el que apareció en la portada de The man who sold the world (1971). En ese momento el Glam todavía no había nacido y Bowie ayudado por su controvertida esposa de aquel entonces, Angie, decidió posar de esa guisa para su segundo disco. El vestido en cuestión lo había confeccionado una sastrería de Londres llamada Mr. Fish (eran los mismos que habían confeccionado el vestido que llevó Mick Jagger en el concierto de los Stones en Hyde Park en 1969). El estilo andrógino con el que acabaría triunfando se iba poco a poco imponiendo.
De Ziggy Stardust a Aladdin Sane
El impacto que supuso un año después la llegada del extraterrestre Ziggy Stardust a los televisores de la siempre conservadora sociedad británica fue brutal. La idea original para los trajes de su alter ego partieron de la película La Naranja Mecánica (nuevamente una película de Stanley Kubrick fascinaba a Bowie). Los monos que usaban la pandilla de droogs en la película fue la base a la que luego se añadirían otros complementos como una botas rojas de lucha libre.
Con su actuación en Top of the Pops la bowimania fue imparable. Muchos jóvenes que todavía no se habían definido sexualmente, vieron en Ziggy a un mesías que les enseñaba el camino a seguir.
» Me pareció el color más dinámico, así que quise tenerlo lo antes posible. Recuerdo que era el rojo de Schwarzkopf. Me tuve que acostumbrar a las sesiones de secador y a esa horrorosa primera mano de laca». David Bowie, 1993
El japonés Kansai Yamamoto es el autor de los looks inolvidables creados para el tour del mismo año en el que se lanzó el disco. El diseñador trajo una esencia futurista a esta nueva historia pero también la fundió con líneas orientales tradicionales aplicadas de una forma que solo armonizaba con el espíritu de otro mundo del personaje. Para Bowie, Aladdin Sane estaba marcado por la esquizofrenia y cada uno de esos trajes representaba una faceta diferente de aquella identidad.
La aparición del duque blanco
Dispuesto a terminar con el personaje, antes de que acabara aniquilado por sus fans tal y como rezaba la canción, Bowie huyó hacia Filadelfia. Allí se empapa de los sonidos del soul. Publica un álbum en el que cambia radicalmente de estilo, Young Americans (1975), y rediseña nuevamente su imagen, adoptando un look más estilizado.
De vuelta a Europa, se inventa un nuevo personaje, The Thin White Duke (el delgado Duque Blanco), un look de cabaret con camisa blanca de cuello amplio, chaleco de traje y pantalón negro. Este personaje que se inicia con Station to Station (1976) se alargaría también de alguna manera durante su etapa berlinesa.
La reivindicación de los años ochenta
Con la llegada de la nueva década, Bowie se reinventa en una estrella planetaria. A nivel creativo puede que no sea su época más interesante, pero aún así hay que reconocer que supo adaptarse a lo que pedía el mercado en ese momento. No obstante, Bowie empezó la década con uno de sus mejores discos, Scary Monsters…and Super Creeps (1980). Para la sesión de fotos decidió contar otra vez con el fotógrafo Brian Duffy. Bowie aparece vestido con un traje de Pierrot, especialmente diseñado para él por Natasha Korniloff, una vieja amiga que había trabajado anteriormente para la compañía de teatro de Linday Kemp. Pierrot es un personaje tradicional de la comedia dell’arte originario de Italia. Se le representa con la cara pintada, un blusón con enormes botones, pantalones muy anchos y sombrero puntiagudo. El maquillaje era obra de Richard Sharah. Con este traje también aparecería en el video de Ashes to Ashes (dirigido por David Mallet). Era la época en que la MTV comenzaba a llegar a todos los hogares, y el videoclip se había convertido en una pieza promocional imprescindible, a la que David Bowie supo sacarle mucho partido. También el cine pasó a ser importante, aunque nunca llegó a despuntar en este medio, no obstante muchos niños que crecieron en los ochenta le recordaran por su personaje en Laberinto (1986).
De los noventa en adelante
Pasada la resaca de los ochenta, Bowie volvió a interesarse por la composición. Aunque sus discos de los noventa tuvieron menos éxito de ventas, si que fueron mejor recibidos por la crítica.
Alguien tan ligado a la moda como Bowie sólo podía encontrar su ‘alma gemela’ en alguien como Iman, la supermodelo somalí con la que se casó en 1992 y que le ha acompañado hasta los últimos momentos de su vida. La moda volvía a cruzarse entonces de manera caprichosa en su destino gracias a su matrimonio con este icono de estilo.
Para su disco de 1997, Earthling, Bowie apeló a Alexander McQueen, entonces recién egresado de la escuela de moda, para la creación del abrigo Union Jack. En parte inspirado en los Who. «Mezcló una estética muy punk de tela rasgada y quemaduras de cigarrillo con la tradición del clásico traje de sastre británico, lo cual es muy característico de Bowie», señaló Victoria Brocales, directora de la exposición sobre su obra en el Victoria and Albert Museum.
El legado continua
Las colecciones que beben de su obra son innumerables. Jean Paul Gaultier recuperó su estética para su colección primavera-verano 2013, Dries Van Noten se inspiró en ‘el duque blanco’ para muchas de sus piezas y Gucci lo toma como una referencia en muchas de sus creaciones. Incluso, cadenas ‘low cost’ como Zara, Primark o Mango han estampado su rostro en algunos de sus productos. Su estela parece no apagarse nunca. En 2013, Louis Vuitton recuperó a David Bowie para una de sus campañas.
El 25 de mayo se inaugurará en Barcelona la exposición «David Bowie is». La muestra, una producción del Victoria and Albert Museum de Londres, ha recibido ya más de un millón y medio de visitantes en las ocho ciudades que la han acogido hasta ahora, como la capital inglesa, Berlín, París o Chicago, lo que la convierte en la muestra más visitada en los 164 años de historia del museo británico.