El museo situado en Cleveland alberga una de las colecciones más grandes de memorabilia de rock del mundo.
El 2 de septiembre de 1995 abría por primera vez al público el museo del Salón de la Fama del Rock and Roll. Desde entonces, más de 13 millones de visitantes han paseado por su edificio de siete plantas diseñado por el arquitecto estadounidense de origen chino Leoh Ming Pei. El día de la apertura tuvo lugar un concierto en el que actuaron artistas como Bruce Springsteen, Neil Young o James Browne.
El museo que se encuentra ubicado en Cleveland porque allí fue donde el disc-jockey Alan Freed acuñó el término rock and roll a principios de los años 50. Antes del museo se creó la fundación en 1983 por el legendario Ahmet Ertegün, presidente de Atlantic Records. Por eso, en 2009 ya se celebraron dos días de actuaciones para conmemorar los 25 años de la creación de la fundación.
En el museo podemos encontrar todo tipo de objetos que pertenecieron a grandes leyendas del rock, desde instrumentos, ropa, letras de canciones, correspondencia, carátulas originales de discos, folletos, carteles y fotografías. Muchas de las exhibiciones son altamente interactivas y el sonido de la música es omnipresente. El museo también alberga importantes exposiciones temporales, tiene una gran biblioteca y archivos de investigación y realiza conferencias y simposios.
Selección de los candidatos
Los músicos son elegidos para ingresar al salón de la fama 25 años después del lanzamiento de su primera grabación. El comité encargado de hacer las de nominaciones esta compuesto por historiadores del rock que selecciona a los nominados cada año en la categoría de intérpretes, que luego son votados por un organismo internacional de unos 500 expertos en rock. Los nominados con el total de votos más alto (y más del 50 por ciento del voto total) son admitidos, y se eligen de cinco a siete artistas cada año. Por supuesto, el sistema no es perfecto, y así bandas míticas como The Stooges o Deep Purple han tenido que pasar varias votaciones antes de ser elegidos. Salvo excepciones (Abba sería un ejemplo), los seleccionados son todos anglosajones. La industria del rock aunque se ha nutrido de otras culturas musicales como la jamaicana o la africana, parece ignorar otros idiomas.
Además de los artistas intérpretes o ejecutantes, las categorías de integrantes incluyen aquellos que fueron influencias tempranas en el rock, acompañantes (músicos de apoyo) y no artistas intérpretes o ejecutantes (por ejemplo, productores, empresarios, periodistas, disc jockeys). La ceremonia anual de inducción, se ha celebrado habitualmente en Nueva York, salvo algún año que se celebró en la propia Cleveland. Una de las quejas habituales de los músicos participantes es que el precio de las entradas no esta al alcance de los bolsillos de sus fans. También es curioso que se considere rock a artistas como Public Enemy o Miles Davis o la recientemente nominada Whitney Houston.
Lógicamente, tratándose de músicos de rock a lo largo de los años no han faltado las polémicas. Lo normal es que la ceremonia de inducción sirva para reunir a bandas que llevan años separadas pero a veces también a generado reuniones incomodas. El pero año para los organizadores fue sin duda 2006. Primero los Sex Pistols en una postura muy punk, se negaron a asistir a la ceremonia. En su lugar enviaron una carta plagada de faltas de ortografía que decía lo siguiente: «En comparación con los Sex Pistols, el rock and roll -o lo que sea- hall of fame es una mancha de pis. No vamos a ir. No somos vuestros monos, ¿y qué? La fama a 25.000 dólares si pagamos por una mesa y 15.000 para estar apretados en una galería va a una organización que nos vender a cualuquier vieja gloria. Felicidades. Si nos votaste, espero que hayas apuntado tus razones. Seréis anónimos como jueces, pero aún así sois gente de la industria. No vamos a ir. No estáis presetando atención. Un verdadero Sex Pistol está fuera de este sistema de mierda«.
Pero las cosas todavía se complicaron más con la inducción de Blondie. Como es habitual todos los miembros de la banda, pasados y presentas, tenían derecho a asistir a la ceremonia. Pero Debbie Harry y Chris Stein no estaban dispuestos a permitir que sus antiguos compañeros Nigel Harrison, Frank Infante, Gary Valentine y Jimmy Destri actuaran con ellos. Los dos primeros no desaprovecharon la ocasión para dar su opinión cuando cogieron el micrófono.
El espectáculo debe continuar
El museo ha permanecido cerrado durante la pandemia del coronavirus pero ha vuelto a reabrir sus puertas este verano. Actualmente se puede ver la exposición temporal «It’s Been Said All Along: Voices of Rage, Hope & Empowerment.», la más grande de las albergadas en el museo hasta la fecha. Una exposición necesaria en los tiempos que corren en Estados Unidos, aunque también algo oportunista.
+info: rockhall.com
