La carrera profesional de Linda McCartney ha estado eclipsada por la de su marido, una nueva exposición quizás ayude a reivindicar su obra.
Nacida en Nueva York, Linda Eastman (hasta el apellido tuvo que acabar cediendo) ya era una fotógrafa de cierto prestigio cuando se cruzó en su vida Paul McCartney. Había estudiado historia del arte y había quedado fascinada con las obras de Walker Evans, Dorothea Lange y Edward Weston.
Fotografiar a músicos de rock era algo a lo que Linda estaba acostumbrada mucho antes de conocer a Paul. Mientras trabajaba como fotógrafa en el mítico Fillmore East en la ciudad de Nueva York, inmortalizó entre otros a The Rolling Stones, Otis Redding, B.B. King, The Doors, The Grateful Dead, Frank Zappa, The Beach Boys, The Who, Cream, The Kinks, Traffic, The Byrds o Jimi Hendrix.
La vida de Linda Eastman cambió en 1967. Después de haber sido elegida mujer fotógrafa del año, viajó a Londres a retratar los ‘Swinging Sixties’. Una noche en un el Bag O’Nails Club conoció a Paul, quien por aquel entonces acababa de grabar Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band junto al resto de The Beatles. Dos años más tarde se casaban en la misma ciudad donde se habían conocido.
A pesar de su mayor exposición en los medios, su carrera continúo. En 1968, Linda se convirtió en la primera mujer en conseguir que una de sus fotografías para Eric Clapton apareciera en la portada de la revista Rolling Stone.
El deseo de Paul de llevar a su mujer durante sus giras por el mundo, le llevó a enseñarle a tocar el teclado o al menos intentarlo. Acabó formando con ella el grupo Wings durante los años setenta. Durante este período permaneció bajo la sombra alargada de su marido. Sus fotografías se centraron en documentar las giras y la vida en familia.
La aportación de Linda a la vida de Paul fue su activismo animal (fue una de las dirigentes de PETA) y su vegerianismo, una de las facetas más importantes de la vida de ambos.
A mitad de 1995, a Linda le diagnosticaron cáncer de pecho con complicaciones con el hígado. Menos de un año después moría dejando un legado fotográfico no del todo valorado. Fue enterrada en Tucson, Arizona, en el rancho que ambos compraron. Tenía sólo 56 años. Pocos meses después su muerte, Paul publicó el único álbum de música que hizo Linda, Wide Prairie.
Este verano, más de 200 fotografías de Linda podrán verse en la exposición organizada en la Walker Art Gallery de Londres.
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