La campana tubular retorcida diseñada por Trevor Key para Mike Oldfield en 1973 ha cumplido cincuenta años.
Al contrario de lo que mucha gente piensa la portada de Tubular Bells no se originó a partir del título de la famosa ópera prima de Oldfield sino justo lo contrario. Estamos a principios de 1973 y Mike daba los últimos retoques a los que por entonces todavía se llamaba Opus 1. Fue Sue Stewart, la encargada de prensa de la incipiente compañía Virgin Records, creada expresamente para publicar el disco, la que propuso encargar el diseño a Trevor Key. Éste se presentó en las oficinas de la compañía con su portafolio bajo el brazo, entre cuyas imágenes figuraba una que llamó la atención de Richard Branson, director de Virgin entonces y hoy reconvertido en millonario excéntrico. Se trataba de un huevo del que goteaba sangre y Branson sugiere llamar el álbum Breakfast in Bed. Oldfield odiaba tanto la imagen como el título y curiosamente el último disco que grabó para Virgin, Heaven’s Open de 1991, uno de los peores de su carrera, tiene una imagen de un huevo del que brota la yema en lugar de la sangre, también creada por Trevor Key. Otra puya más a su entonces jefe con el que mantenía una relación de amor odio.
Por suerte Oldfield recordaba que durante el proceso de grabación del disco, había golpeado tan fuerte una campana tubular que estuvo a punto de doblarse, por lo que le sugiere esta idea a Key. Las técnicas analógicas de la época dificultaban el proceso pero finalmente consiguen doblar y fotografiar una de las campanas del instrumento. Pero aún faltaba algo y era el fondo sobre el que colocar la campana. Para ello sirvió de inspiración el cuadro del pintor surrealista belga René Magritte titulado Castillo en los Pirineos de 1959. Con esa imagen en la cabeza, Key se marchó a una playa de Sussex en Inglaterra para realizar varias fotografías de la playa. Su perfeccionismos le llevó a pasar varias horas hasta que consiguió la toma perfecta de las olas. Luego en su estudio montó ambas imágenes consiguiendo la portada que todo el mundo conoce.
A Oldfield le gustó tanto el resultado que fue en ese momento cuando decidió titular su opus a partir de la imagen de la portada. De hecho, pidió que su nombre apareciera en un tamaño muy pequeño y con un color naranja pálido para que no distrajera la vista de la imagen. En la contraportada se usó otra de las fotografías que Kent había realizado en la playa, en la que no se sabe muy bien porqué coloca unos huesos a los que les prende fuego.
Kent cobró por su trabajo unas 100 libras, cantidad bastante ridícula si tenemos en cuenta la repercusión mundial que alcanzó tanto el disco como su imagen. Sin embargo, no debió de guardar una mala impresión de su trabajo con Oldfield pues continúo colaborando con él en su siguiente disco, Hergest Ridge de 1974, así como en Incantations, Platinum y el ya mencionado Heaven’s Open. De hecho su carrera como diseñador y fotógrafo despegó a partir de este trabajo y acabó diseñando los discos de entre otros: Phil Collins, Peter Gabriel, Joy Division, Orchestral Manoeuvres in the Dark o New Order. Aunque todos estos trabajos fueron eclipsados por la famosa campana. También fue el responsable de la versión de su portada para el Tubular Bells II en 1992.
La imagen se acabó convirtiendo en el logotipo de la propia compañía de Oldfield Music Ltd. y fue una de las diez imágenes escogidas por la Royal Mail inglesa en 2010 para una edición limitada de sellos basados en portadas clásicas del rock británico.