Hablamos de Respect, la película sobre la vida de Aretha Franklyn que se estrena el próximo 24 de septiembre.
La propia Aretha seleccionó a la actriz que debía interpretarla en pantalla antes de morir. Esto es siempre un plus de garantía, pues esta claro que debió ver algo en Jennifer Hudson, la actriz de Dreamgirls, para concederle tal honor. No es la primera vez que esto ocurre, casos similares ha habido recientemente como Rocketman la película sobre la vida de Elton John que supervisó él mismo o Ray en la que Ray Charles también pudo aconsejar a Jammie Foxx.
Hudson hace una interpretación bastante solvente, aunque cuente con un handicap importante, y es que no hace mucho que se estrenó Amazing Grace, el documental dirigido por Sidney Pollack en el que se puede ver a la reina del soul dando en un concierto de góspel en la Iglesia Bautista Misionera New Temple en Los Ángeles. Aún así, Hudson resulta creíble repitiendo dicho concierto, incluso cuando en los títulos finales sale Aretha en una actuación de 2015, volviendo a mostrar la grandeza del original frente a la copia.
La película cuenta también con la participación del Forest Whitaker interpretando a Clarence, el reverendo padre de la artista, crucial para entender su dura infancia en Detroit. Como también fue importante en su desarrollo posterior la figura del polémico Ted White, marido y representante.
Respect intenta ser creíble, aunque los biopics tiendan a recrearse más en la leyenda que en la verosimilitud, ahí esta Bohemian Rhapsody como buen ejemplo de ello. Por eso no debe extrañar cierta simplificación en aquellos detalles más escabrosos de su biografía (su embarazo con tan solo 12 años, el maltrato en su matrimonio, el alcoholismo). Pese ello, la película encantará a aquellos que no conozcan demasiado sobre la vida de la diva y se conformen con ver su cara más amable.
Convertida en icono del empoderamiento femenino, gracias a himnos como Think y claro está Respect, el film llega en un momento oportuno, cuando todavía estamos en plena eclosión del Black Lives Matter. Como ya ocurriera tras la muerte de Lennon, se acaban olvidando las partes más oscuras del personaje y beatificando sus vidas en post de un bien mayor.
Uno termina la película con la sensación de que a las grandes artistas se las puede imitar pero no sustituir. Pero no seré yo quien diga que estas películas no son necesarias, al fina y al cabo nuevas generaciones se introducirán en la carrera de Aretha gracias a la película y eso siempre es una buena noticia.